En nuestras operaciones diarias, en nuestras tiendas, se percibe que algo ya no funciona. Algo fundamental está cambiando en el sector minorista, y no se trata de una moda pasajera ni de un enfoque de gestión. Diversas fuerzas convergen, creando un punto de inflexión sutil y profundo a la vez.
Ya sabes de qué hablo. Esa sensación persistente de que los viejos manuales de instrucciones ya no funcionan. Esa desconexión entre los datos confusos de tu sistema ERP y la realidad que ves a diario en tu tienda. La lucha constante por mantener a los equipos motivados cuando la rotación de personal parece imposibilitar cualquier intento de previsibilidad.
Estamos viviendo un momento crucial en la historia del comercio minorista, un momento en el que varias tendencias transformadoras nos susurran nuevas direcciones. Y aunque la mayoría de los franquiciados aún no han descifrado estos cambios que se perciben, esta convergencia de factores está creando las condiciones para que podamos armar un rompecabezas. Una vez armado, revela un escenario claro: lo que llamamos Precision Retail.
Hacer las paces con los datos.
Comencemos con algo que todos estamos experimentando: la sobrecarga de datos combinada con cierta incredulidad sobre la eficacia del seguimiento y análisis de esos datos.
Nuestros sistemas generan más informes, paneles de control y alertas de los que cualquier persona podría procesar. Tenemos acceso a ingentes cantidades de información sobre nuestras operaciones, pero falta algo crucial: la confianza.
Los gerentes de tienda suelen bromear diciendo que necesitan consultar tres sistemas diferentes para saber si un solo número es correcto.
Hemos llegado a una situación irónica: tenemos más datos sobre nuestras operaciones que nunca, pero confiamos menos en ellos y ya ni siquiera intentamos analizarlos. ¿El resultado? Parálisis decisional. Cuando todo se considera importante, nada lo es. Cuando cada métrica exige atención, terminamos guiándonos por nuestros instintos. Ahí radica el peligro.

El aspecto humano se está agotando.
Al mismo tiempo, el factor humano en el comercio minorista se encuentra bajo una presión sin precedentes. Esto incluye a todas las personas, desde gerentes hasta empleados. Tradicionalmente, el mejor indicador de éxito en las operaciones minoristas han sido los años de experiencia. ¿Por qué? Porque los ciclos de aprendizaje en el comercio minorista físico son largos; es decir, tardamos demasiado en comprender claramente los problemas y sus soluciones, y la retroalimentación suele llegar demasiado tarde o carece de objetividad.
Un punto importante: la fuerza laboral actual es diferente. Las redes sociales han condicionado a toda una generación a esperar estimulación constante y retroalimentación inmediata. Los vínculos entre empleadores y empleados parecen más frágiles que nunca, e incluso las formas más sólidas y estables de empleo y contratación se debilitan. Los jóvenes los miran con recelo.
Por otro lado, los grandes grupos de WhatsApp crean la ilusión de conexión y pertenencia, mientras que la transferencia real de conocimientos sigue siendo superficial. La capacitación se ha convertido en una palabra temida, que evoca imágenes de sesiones de aula aburridas que alejan a la gente de las tiendas, que ya de por sí tienen poco personal.
¿El resultado? Un ciclo de formación mínimo —y un aprendizaje mínimo también—, una mala ejecución, frustración para todos los implicados y, en definitiva, rotación de personal.
La tecnología finalmente nos está alcanzando.
Ante este complejo panorama, las tecnologías de detección abren posibilidades sin precedentes. La visión artificial, los sensores IoT y la inteligencia artificial facilitan el análisis y la obtención de datos fiables, sin el esfuerzo manual de antaño. La relación coste-beneficio de disponer de información fiable por fin nos favorece.
Lo que hizo tan exitoso al comercio electrónico —su rapidez para encontrar soluciones e implementar mejoras— finalmente está llegando al comercio minorista físico, gracias a la tecnología. Los emprendedores digitales siempre han sabido con exactitud qué sucede en sus sitios web. Ahora, los operadores de tiendas físicas pueden empezar a tener ese mismo nivel de visibilidad y control.
Pero la tecnología por sí sola no basta. Las herramientas y los sistemas que surgieron a menudo no estaban conectados, abordando problemas aislados sin un marco unificador. Hasta ahora.
El nacimiento del comercio minorista de precisión
Estas fuerzas convergentes —la desconfianza en los datos, los desafíos con la fuerza laboral y el avance tecnológico— están creando las condiciones perfectas para un nuevo enfoque. Lo llamamos Precision Retail.
La venta minorista de precisión implica disponer de la información adecuada en el momento preciso para tomar decisiones con confianza. Significa reducir el tiempo de aprendizaje en las tiendas físicas de años a días o incluso horas. Significa crear un entorno laboral donde el progreso sea visible y la retroalimentación sea inmediata, objetiva y fomente el cambio sin conflictos.
En esencia, el comercio minorista de precisión busca que las tiendas sean más rentables, fáciles de gestionar y lugares de trabajo más saludables. Elimina las distracciones del exceso de trabajo para que todas las tareas se centren en lo que realmente genera resultados para la operación.
La belleza de este enfoque radica en que no requiere cambios revolucionarios. Es evolutivo: se basa en la dinámica que ya existe en tu tienda, a la vez que resuelve día a día los problemas específicos que nos han impedido crecer.
Avanzando juntos
En este periodo de transformación del sector minorista, la oportunidad que se nos presenta no reside solo en adoptar nuevas tecnologías, sino en volver a soñar. Puede parecer ingenuo, pero en un futuro próximo, solo prosperarán quienes logren reinventar el modelo operativo del comercio minorista físico y crear las condiciones para un rendimiento extraordinario.
Creemos que los emprendedores que triunfarán en los próximos años no serán solo aquellos con los mejores productos o ubicaciones. Serán aquellos que dominen el Retail de Precisión: crear entornos donde tanto los datos como las personas puedan generar valor y colaborar para que las tiendas operen siempre a su máximo rendimiento.
El cambio ya está ocurriendo. Se puede sentir. Y ahora, por fin podemos darle un nombre.
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